Pintando japón

Esta es una historia de mestizaje entre las acuarelas  y la tinta japonesa, con el papel de acuarela como villano (celoso de la tinta), y con un mensaje final de superación samurai, casi casi certificado por Musashi.

Todo empezó cuando mi amiga Leonor de Academia Borrón,  que tiene unas obras preciosas en acuarela,  me pidió que le pusiera una caligrafía rápida a uno de sus mapas. Momento patatús…

  • ¿y si se me va el pincel?….¿esto cuando tienes que entregarlo?
  • mañana
  • O_O
  • tú pon Japón
  • O_O
  • y no lloriquees
  • O_O

mapajapon.jpg

Casi me hago pis del estrés en si mismo, porque a estas alturas de la historia estaba acojonada con cargarme un trabajo  de otro.

Entonces me lié la mata a la cabeza y empecé  mi propio Japón, porque así al añadirle una caligrafía solo arriesgaba mi propia obra (si la liaba parda).

A mitad de proceso, y como en toda buena novela, llegó una trama secundaria en forma de  mapa de lecturas de 2017  El mapa mundí está hecho  con acuarelas líquidas, pero nuestro protagonista merecía más riesgo

kyoto

En un flashback muy propio de este tipo de películas, os contaré que me traje de Japón dos botecitos de tinta diferentes. Uno de ellos lo estrené con la  primera caligrafía del año, el kakizome . Pero quedaba un segundo tesoro sin estrenar: el negro de tonos fríos, el más caro, el de mejor calidad, con un difuminado precioso y olor a tierra mojada en cuanto abres el bote. Y que compré en una tienda con toda la pinta de contar con un Gremlim. Mi bote de tinta se merecía un gran estreno, con prensa y focos.

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Como no conocía la tinta, hasta que no secaba por completo no tenía ni idea de que tono quedaría. Dificultad extra. Idea no tenía pero fe un rato; y confianza en que esa tinta podía con todo. Así que le dí el combate de su vida contra unas acuarelas alemanas para caligrafía occidental . Ésas con un pigmento tan pesado que no se mezclan bien con nadie.  Duelo de titanes.

Después de la lucha de tinta le tocaba el turno a la caligrafía. Estrés y redobles de tambor. Le había prometido al bote de tinta uno de esos  refranes japoneses de 4 kanjis , los Yojijukugo. Era el momento de ponerse místico, o quizás gafapasta hortera , eso al gusto del lector. El elegido fue:

«un encuentro , una oportunidad»,Ichi-go ichi-e 一期一会

Me encanta el sonido de la repetición del  número  (esa rima interna tan propia de este tipo de construcciones ) y de paso , representaba muy bien mi último viaje y razón de andar pintando un mapa de japón y no uno de Málaga.

Ahí que me lié con el pincel fino. Venga, algo discreto que no le quitara protagonismo al mapa, que me había quedado muy cuco. Pero aquí hizo  aparición el villano de las técnicas mixtas:   el papel de acuarela Fabriano. Que además de una marca de papel es un nombre ideal para un archienemigo.

Fabriano se hizo el majete mientras estaba pintando el mapa pero al pincel fino le robaba el alma antes de acabar el primer trazo. Y si aumentabas la velocidad no pintaba, a lo boli bic. Una tragedia perpetrada por Fabriano.

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Además cuanto más repetía , ya casi de forma hipnótica, los cuatro kanjis jugando con mi pincelito fino en un papel de prueba, más me apetecía un rollo más desgarrado, más marcial… pintado a espada. Adiós pincelito fino que aquí se necesita artillería pesada.

¿Qué le voy a hacer últimamente me siento samurai?,  Onna bugeisha si nos ponemos específicos.

Le robaría el protagonismo al mapa. Sí. ¡qué demonios!, si el espíritu guerrero te llama , habrá que seguirlo. Seguro que Musashi estaría deacuerdo en esto . Pincel grueso y ¡a saco!

¿Es mi mejor caligrafía? No

¿Esta lo que planee en un principio? Menos aun.

Pero me he sentado genial mancillar mi lindo mapita porque mancillar a lindos mapitas y ponerse guerrillero forma parte del camino… 

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Me he quedado muy a gusto, así que por ahora, creo que ya he tenido suficientes mapas, y palabrita que voy a utilizar el papel adecuado para cada cosa,  en lugar de mezclar técnicas orientales  y occidentales…

M. Clover

Poco tiempo después…… ¿y qué tal pintar un bicho palo a lapiz acuarelable sobre unas pinceladas con distinta carga al estilo del sumi-e?  ¡Uy! , si yo había renegado de esto de las técnicas mixtas. Bueno, los bichos palos no cuentan

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