La estética es algo cultural y filosófico, eso se aprende con el elogio a la sombra. La forma «correcta» de combinar los colores también forma parte de las percepciones estéticas.
En occidente identificamos la belleza con luz y equilibrio. Con estas premisas, por lo general, buscamos combinaciones armónicas. En gamas y sin excesos de contraste cromáticos.
Sin embargo si buscamos una estética oriental esa gama equilibrada y armónica no va a funcionar.
Me gusta ir a la fiesta de verano del colegio japonés de Madrid, un Bon Odori castizo. En esa verbena veraniega, se come, se baila y mucha gente, tanto japoneses como madrileños, se visten con kimonos de verano: yukatas.
Un año, mientras me zampaba unos takoyakis, una de mis amiga, a la que ya había atormentado con la elección de papeles para doblar un muñeca tuvo una revelación. Vas a tener razón. Cuando ves a alguien de espaldas llevando el kimono, puedes adivinar, quien es española y quien Japonesa. Las españolas se han esforzado en que el obi combinara con el kimono. Todas han elegido un color para el obi que ya estampado en el estampado de su kimono o fuera similar al fondo.
Las japonesas llevan uno que jamás hubiera elegido y no entiendo cómo pero quedan genial.
Me encanta contar esta historia en mis cursos porque siempre la regaño con el y «nada de elegir colores que peguen»
Bromas a parte un kimono necesita ese exotismo de una estética oriental que debe estar definida por los contrastes porque sin oscuridad no puede existir la luz. Si, todo vuelve al elogio a la sombra de Tanizaki, y sobre todo las muñecas
Para vestir un kimono, es esencial la combinación adecuada de colores, pero para doblar una muñeca aún más.
En una representación simplificada de la realidad cada detalle cobra mucha más importancia. Hace tiempo ya expliqué por qué las washi ningyo no sueles tener rasgos y en una muñeca sin cara, el uso del color y la postura van a ser los dos elementos cruciales para dar expresión y personalidad.
Pero aquí viene la parte difícil, buscar este conflicto entre los colores no sólo nos resulta culturalmente un poco ajeno, además es difícil.
Quizás con colores vivos basta con buscar su opuesto en la gama cromática. Pero, y si vamos a combinar más de dos, y si no son tan básicos y brillantes sino más delicados. La cosa se complica
Difícil, o quizás no.
Además del trabajo y la práctica que es la madre de todas las ciencias, existen ayuditas.
Puedes usar ruedas cromáticas de diseñador, incluso alguna tan romántica y chula como este diccionario de combinación de colores, japonés. Ha tardado meses en llegar, pero esta aquí entre mis manos.
Eliges un color y te propone combinaciones de dos, tres o cuatro colores donde incluirlo. y para celebrarlo aquí estoy yo con una camiseta rosa chicle y una sudadera salmón….
M. Clover