Muñecas para «creciditos»: Shibari I

Las washi ningyo no son origami, porque en origami esta prohibido ( prohibidísimo) cortar y pegar. Por eso los japonesés, que no son muy de saltarse las normas, lo solucionan clasificandolas como «técnica mixta». Y ya que estamos en modo mixto, tenía muchas ganas de salirme por la tangente, y doblar una muñeca que se olvidara de toda norma ( y no solo de las de cortar y pegar)

Pues aquí está. Temática nada convencional, guiños adultos y mezcla de técnicas y materiales de esos que no suelen ir juntos..El título ya da muchas pistas, ¿Shibari I? Pues si, será una muñeca con cuerdas y además es solo la primera de varias. ¡No es una rebeldía pasajera!. Está ya tiene dueño, pero me apetece hacer una serie. Así que ya sabéis, a quien le guste Id pensando a quien regalarla ( a ti mismo también vale) y silbad para llamarme 🙂 (o contactarme desde cualquiera de mis redes, incluido este blog)

Empecemos por el principio ¿qué es el Shibari? Literalmente atadura.

Washi me sopla que el libro «(des) atadas» de Ana G. Borreguero lo explica muy bien. Shibari es el acto de la atadura y kinbaku el arte de saber atar.

Todo este tema de las ataduras japonesas procede de un arte marcial japonés del siglo XVI, el hojojutsu, que consistía en inmovilizar a los prisioneros por medio de cuerdas. Más tarde, en el periodo Edo, inmovilizar así  era una de las 18 habilidades necesarias para un samurai. Para entonces, las técnicas de atado se habían refinado, llegando a usarse como tortura (presionando puntos concretos), incluso se cargaron de simbolismo: el tipo de ataduras con las que un prisionero era entregado al juez estaban definidas por su posición y clase social. Pero no fue hasta el XIX cuando aparece el concepto de Kinbaku, cuando Ito Seiyu retomó esta práctica militar pero aplicada al campo del erotismo.

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Y tras esta breve introducción histórica. Vamos a hablar de mi muñeca y la guerra que ha dado. Ante la imposibilidad de mandarle un email al Señor Ito para preguntarle ¿cómo atar una muñeca? no sabía por donde empezar. Entonces pensé «Pues voy a preparar una habitación mona mientras pienso como atar papel»

Tenía que ser algo sensual. La muñeca no podía estar sola en un fondo neutro. Se encontraba en un momento intimo, privado, y algo en el ambiente debería marcar esa sensación, sin perder el estilo japonés. Pinté ese pequeño bambú  y le construí un kakejiku (antes casi de tomarme en serio darme a la cuerda).

Quizás, pintar un mini sumi-e fue procastinar, pero las muñecas que parecen más simples son las que más trabajo dan. Sugerir con poco es  siempre más complicado.

Mi primera duda fue, debería atarla vestida o desnuda. ¿deben existir washi ningyos desnudas?¿el kimono es la definición de muñeca japonesa de papel? Pues lo consulte con la almohada y decidí que sin kimono no hay  muñeca. Pero cómo, ¿si atas a alguien con un kimono puesto no parecerá una morcilla de burgos? Pues uno muy gordo sí, esto descartaba cualquier papel que diera sensación se algodones o sedas gruesas. Eso eliminaba todos los papeles que suelo usar para kimonos.

Debería ser una prenda  suave , liviana,  incluso un poco transparente. ¿De donde sacar un papel así.? La respuesta era filipinas (via asturias) He usado un papel artesanal manila, en un color tostado , con una caida preciosa y a la vez memoria para el doblado. Y sí, es traslucido.

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Pero seguía teniendo dudas ¿ y con qué la ato? ¿Hago una cuerda con papel? Lo tradicional sería una cuerda de cáñamo, pero … ¿mezclo otros materiales con el papel ? Uhhhmmm …. Uy sí, ¿pero cuáles?

Le di mil vueltas, tenía claro que debía ser roja, pero todos los cordones que encontraba parecían muy chillones  y muy acrílicos. Hasta que en una tienda de material de bordado lo encontré: una lana merina virgen en un rojo desgastado . Fue amor a primera vista. Tenía ese aspecto natural y algo desilachado del cañamo.

Hola ¿quieres ser la cuerda de mi Shibari? El ovillo no es muy parlanchín pero si lo fuera me hubiera dicho sí.  Además, la tienda donde lo encontré me dio otras ideas descabelladas.

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Siguiendo con esa imagen intima y sensual, no me gustaba la idea de un moño muy historiado al estilo Edo, tan propio de las geishas. Quería un pelo suelto, alborotado. En un primer momento pensaba hacerlo en papel, vamos, como siempre. Pero en esta muñecas, nada es como siempre. Me pareció que bordar el pelo sobre el papel de la cabeza me daba la posibilidad de algo más despeinado y libre.

Hace un  mes estuve en un curso de bordado en papel de coco estevez  y me enseñó algunos truquis que han sido muy útiles en esta sesión de peluquería.

01primerplano

Y el último detalle, aunque las washi ningyo no suelen tener rasgos ,  esta muñequita sensual acabó teniendo labios, recortados en un papel chirimen   escarlata. Así tendría algo que traje desde Japón y además le confería textura.
Yo nunca pongo rasgos a las muñecas ( en algo tenía que comportarme tradicionalmente) pero  Leonor  me enseñó a hacer estos «morritos» y encajan muy bien en este proyecto. Es genial tener amistades con talento que te enseñan cosas molonas para cuando las puedas necesitar.

Ya solo quedaba el montaje final . El papel de fondo es un papel Unryu negro. Pero como quería mayor  dramatismo ,lo he montado sobre un papel envejecido . El tamaño final es un poquito más alto de un A3. ¿qué os parece?

final

 

M. Clover

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